Seguro que al escuchar que es fundamental hidratarse al hacer deporte, lo primero en que piensas es en una botella de agua. ¿Verdad? Beber agua es la forma más evidente y a la que solemos recurrir con mayor frecuencia, pero… ¡no es la única medida para mantener unos niveles de hidratación adecuados!
En estos meses de verano a los que nos acercamos, esto cobra aún más importancia, para rendir mejor, evitar golpes de calor y hacer que nuestro organismo funcione correctamente. A continuación, te ofrecemos una serie de alternativas para hidratarnos, a la vez que consumimos otros nutrientes valiosos para nuestro cuerpo:
- El pepino, el melón, la sandía, las naranjas… son frutas con gran cantidad de agua en su interior. Además, aportan vitaminas y minerales esenciales que permiten reponer el agua corporal que perdemos al sudar.
- El gazpacho, o cremas frías de verduras son grandes aliados para incorporar en nuestra dieta durante los meses donde las temperaturas son más altas. Al igual que en el punto anterior, además de potenciar la hidratación, las verduras que contienen son ricas en nutrientes.
- A la hora de la merienda, un toque divertido para hacer con nuestros hijos son zumos naturales y batidos caseros. La leche es una de las principales fuentes de hidratación, por lo que incorporarla a estos batidos nos dará un plus gracias a su alto contenido en agua. Sin utilizar azúcares añadidos, son una opción muy refrescante mientras que ofrecemos la posibilidad de consumir la fruta que prefieran de manera diferente a la habitual.
Hay que tener en cuenta también que debemos beber agua no solo cuando tengamos sed. Esta sensación generalmente aparece cuando ya nuestros niveles de hidratación están algo bajos, por lo que se recomienda tener una rutina de beber pequeños sorbos frecuentemente. ¡Y hacerlo no solo antes o después de practicar deporte, sino también durante!