La iniciativa educativa y deportiva de la Copa COVAP se enfoca año tras año en aportar nuevos conocimientos a niños, familiares y entrenadores con el objetivo de que estos adquieran las herramientas necesarias para tener unos hábitos de vida saludables y ponerlas en práctica en su día a día. En esta novena edición los ejes principales en los que se vuelve a apoyar la campaña son la alimentación saludable y la salud mental. Ya en un post anterior nos centramos en ofreceros toda la información de nuestra charla donde incidimos en el poder de una dieta equilibrada y, en esta nueva entrada, abordaremos la vertiente psicológica de estas interesantes charlas.
En esta novena edición de la Copa COVAP contamos con la colaboración del psicólogo Abel Martí, que trata en sus charlas informativas la importancia que tiene el deporte en el desarrollo físico, psíquico y social de los más jóvenes y cómo es posible afrontar el éxito y el fracaso en este ámbito de forma adecuada. Estas ponencias se dirigen directamente hacia los verdaderos protagonistas de la iniciativa, los niños y niñas participantes, con el objetivo de ofrecerles consejos que puedan facilitar la práctica deportiva de una forma sana, tanto dentro como fuera de la pista.
En este sentido, debemos incidir en que los expertos advierten que los problemas mentales derivados del aumento en los niveles de estrés y la falta de mecanismos para combatirlo entre los más jóvenes ha ido en aumento en los últimos años. Además, esto se ha visto afectado por la pandemia, lo que ha supuesto un crecimiento exponencial de los casos por la falta de socialización y un brusco cambio en los estilos de vida. De ahí la importancia de tratar estos temas en la iniciativa de la Copa COVAP.
Además, nuestro experto Abel Martí invita a los participantes a preguntarse si la realización de una práctica deportiva determinada está condicionada por las peticiones del núcleo familiar o, por el contrario, es una decisión propia. Del mismo modo, también transmite la forma con la que crear estas técnicas pueden determinar cómo aborda un problema el niño en un futuro en otros ámbitos de vida como son el escolar, e inculca a los más pequeños qué, dependiendo de cómo se gestione el fracaso, puede llegar a ser una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal.
Y, por último, también está muy presente la autoestima de los niños y las niñas participantes y cómo una buena gestión del fracaso puede ayudar a afianzarla. En definidas cuentas, hacer del fracaso parte del éxito a través del aprendizaje.