¡Repite un año más! El exjugador de baloncesto Fernando Romay vuelve a ser uno de los padrinos en esta octava edición de la Copa COVAP, fiel a los principios que promulga esta iniciativa deportiva y educativa que viene respaldando desde que el baloncesto se incorporó como una modalidad deportiva más, además del fútbol.
Contar con el apoyo de una figura clave como es Romay supone todo un honor. No solo por su personalidad y compromiso con el ámbito deportivo, así como su confianza en los más pequeños, que constituyen para el exbaloncestista los cimientos del futuro baloncesto español, también porque el coruñés presume de un palmarés envidiable. Obtuvo la plata olímpica con la Selección Española de Baloncesto en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles (1984), pero con el Real Madrid ha alcanzado un gran número de títulos: 2 Copas de Europa, 3 Recopas de Europa, 2 Intercontinentales, un mundial de clubes, 7 Ligas ACB y 5 Copas del Rey. Estos logros los ha conseguido a base de trabajo y esfuerzo, dos características en las que ha hecho hincapié a lo largo de esta entrevista.
Ocho ediciones ya de la Copa COVAP. ¿Cómo ha percibido ese crecimiento y qué valoraciones puede hacer al respecto?
En primer lugar, se trata de una iniciativa que está instaurada en los chavales y que ya tiene un lugar predominante. Eso es muy importante. En segundo lugar, la Copa COVAP se ha convertido en algo mucho más que deporte, tal y como dice su lema. Esos valores y la educación que conlleva están demostrando la validez que tiene este proyecto en las actuaciones de muchísimos equipos. Se están consiguiendo todos los objetivos incluso con creces.
Que una empresa como COVAP esté implicada en el deporte como lo hace, ¿es significativo para el deporte español?
A mí me parece de un mérito tremendo porque lo fácil es patrocinar un equipo ya consolidado, por lo que tendrás mucha más difusión y podrás rentabilizar mucho más el dinero que inviertes, pero el hecho de estar en este tipo de competiciones como hace COVAP, con estos niños, ya pones mayor énfasis en la labor para con el deporte. En este caso se trata de una actividad que arraiga mucho con la filosofía que tiene COVAP.
En su carrera profesional seguramente ha aprendido muchas cosas. ¿Qué enseñanza o valor destacaría y cuál le gustaría que aprendieran los pequeños participantes de esta Copa COVAP?
El compañerismo, la capacidad de esfuerzo y, sobre todo, la recompensa a largo plazo. Estamos en un mundo en el que la gente quiere la recompensa ya. Un deportista tiene que trabajar mucho para conseguir algo dentro de bastante tiempo y eso mismo es muy válido para la vida. Por ejemplo, tú no estudias para aprobar este trimestre, estudias para ser una persona versada el día de mañana, y es lo que hay que hacer.
La alimentación vuelve a ser uno de los temas fundamentales en esta edición. ¿Era Romay responsable con su alimentación como jugador de baloncesto? ¿Por qué hay que darle importancia a la nutrición?
Porque si estamos exigiendo a los chavales un esfuerzo continuo tanto intelectual como físico, debemos complementarlo con una alimentación saludable. Estamos hablando mucho de la dieta mediterránea y España es uno de los países punteros en obesidad infantil, por no decir el que más tiene. Para ello, debemos educar frente a la publicidad y el consumo irresponsable.
¿Estamos en un buen momento para el baloncesto español?
Sí. Por lo bien que lo hacen los mayores y por lo bien que lo hacen los jóvenes. Hay muchísima gente implicada y se está trabajando mucho y muy bien, tanto con los clubes como con los colegios. Se está haciendo una labor de promoción importante de donde saldrán muy buenos jugadores. España no es grande por lo que hacen los mayores, que son campeones del Mundo y de Europa masculino y femenino, respectivamente, sino también por lo bien que se trabaja la base, y aquí tenemos futuros jugadores que ahora forman parte de esas etapas iniciales.
¿Volvería Romay atrás en el tiempo para corregir alguna faceta de su carrera?
Muchísimas. Mi vida está plagada de errores y ojalá pudiera subsanar muchos de ellos.