Ya lo decía Joan Manuel Serrat en una de sus canciones más universales: “A menudo los hijos se nos parecen, así nos dan la primera satisfacción. Esos que se menean con nuestros gestos, echando mano a cuanto hay a su alrededor. Esos locos bajitos”.
Esos locos bajitos, como los llamaba el cantautor catalán, imitan nuestras costumbres y todo cuanto hagamos tendrá su reflejo. Por ello, debemos comenzar a cuidar nuestros hábitos de vida desde que se encuentran en el útero materno.
Son muchos los estudios científicos que aseguran que una alimentación sana en el embarazo influirá en el correcto desarrollo tanto físico como mental de nuestros pequeños. Los expertos aconsejan también que ambos progenitores sigan estas pautas.
El consumo de productos saludables durante el período de gestación podría llegar a condicionar el rendimiento mental de los niños e incluso su comportamiento. Por tanto, tenemos que seguir las recomendaciones del médico y no pensar que es una cuestión baladí.
Cuando nazcan no abandonemos estos hábitos. Todo lo contrario, puesto que si continuamos cuidando la alimentación, los niños asimilarán sin darse cuenta la importancia de incluir en su dieta diaria cereales, lácteos, frutas, verduras, pescado o carne, siempre en las cantidades recomendadas por los nutricionistas.
Cuidar todo lo que come nuestra familia es fundamental y si lo combinamos con ejercicio, tendremos hijos sanos y fuertes.A su vez, nuestros pequeños irán creciendo en una familia saludable y feliz.