La llegada del buen tiempo nos trae como regalo una enorme variedad de frutas de temporada para añadir a nuestra dieta diaria. Las fresas son indiscutiblemente la fruta reina de la primavera y, por su sabor dulce, suelen ser también una de las favoritas de las niños.
Solas, con yogur, con leche, en almíbar o acompañando a otras frutas, las fresas cuentan con gran cantidad de propiedadesbeneficiosas para la salud y son imprescindibles para llevar una dieta sana y equilibrada, especialmente para los más pequeños.
Además de su conocido poder antioxidante, las fresas también cuentan con propiedades antiinflamatorias y potenciadoras de la salud. Ahora un estudio realizado por la Universidad de Granada (UGR) acaba de demostrar que el consumo regular de fresas ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos, rebajando significativamente los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Un tazón de fresas para la merienda apenas aporta 50 calorías, y su alto contenido en fibra ayuda a regular los procesos digestivos y a reducir la sensación de hambre. Además, son una fuente riquísima de magnesio, potasio y vitaminas B, C y K, lo que contribuye a potenciar la salud de los huesos que se encuentran en plena etapa de crecimiento.
Las fresas mejoran también la salud de los ojos al disminuir el riesgo de degeneración macular y su contenido en fenoles se encarga de potenciar la salud de nuestras células y de luchar contra los procesos inflamatorios de nuestro organismo.
El ácido elágico que contienen las fresas mejora significativamente la elasticidad de nuestra piel y retrasa signos de envejecimiento tan evidentes como las arrugas o la flaccidez, además de contribuir a mantener nuestro cabello y nuestras uñas sanas y con un mejor aspecto.
Ayudan a perder peso, nos protegen de la radiación ultravioleta, favorecen la circulación sanguínea y ¡están riquísimas como merienda después de una tarde de juegos! ¿Necesitas más razones para engancharte a las fresas esta primavera?