Una falta que parecía inofensiva, un tropezón o un choque con mala fortuna encienden siempre la chispa para la rápida actuación del fisioterapeuta en cualquier partido de fútbol. Este profesional, que en muchos casos pasa incluso desapercibido en el campo, es una de las piezas imprescindibles para el buen desarrollo del juego, ya que es quien vela por el buen estado de forma de los jugadores y evita que un pequeño tirón pueda llegar a convertirse en una lesión mayor.

Jose Vega, de 25 años, es uno de los fisioterapeutas de la Copa COVAP y su presencia en la última sede de Granada fue determinante para que todos los participantes acabasen el evento en perfectas condiciones. “En campeonatos como la Copa COVAP se suelen jugar muchos partidos, aunque los niños vienen bien preparados del calentamiento y no suele haber ningún problema, así que nuestra labor principal se centra más en la prevención”, cuenta.

Vega trabaja habitualmente tanto con adultos como con niños, y destaca la “fuerza física” de los más pequeños: “Los niños tienen los ligamentos y los músculos en desarrollo, así que si están bien preparados físicamente es muy difícil que sufran ningún tipo de lesión”.

Las pocas veces que Jose Vega tiene que saltar al campo se deben, afortunadamente, a problemas menores como pequeñas heridas por caídas, quemaduras, picaduras de insectos o algún esguince leve, aunque siempre hay una ambulancia preparada en cada sede por si se diese algún problema que requiriese una rápida intervención e incluso ir hasta el hospital. “Los niños son geniales… A veces los ves con mucha cara de dolor pero les echas un poco de Reflex o les pones un taping neuromuscular, como los que se ponen los grandes futbolistas, y se curan al segundo mágicamente”, asegura.

 

De todas formas, la mejor cura es siempre una buena prevención, y ésta pasa por un “calentamiento adecuado para activar las articulaciones y de intensidad progresiva y un buen estiramiento posterior, que mejorará la movilidad y evitará lesiones”.