Con la llegada de la temporada de verano, nuestro día a día cambia de una manera radical. Dejamos atrás las temperaturas frías, la escuela, las sudaderas, chaquetas y planes en casa, y damos paso a las vacaciones, a un mayor número de horas para realizar actividades al aire libre y, sobre todo, las deseadas tardes de playas y piscinas. En definitiva, en estos meses se incrementa el ejercicio en el exterior y estamos más expuestos a las altas temperaturas, y esto se nota bastante en nuestro cuerpo, que puede llegar a soportar situaciones sofocantes e, incluso, incomodas si no realizamos los hábitos correctos para prevenirlo.
Factores como el calor, la humedad y no dejar de practicar ejercicio físico en los meses estivales hacen que el organismo requiera un mayor grado de hidratación para seguir funcionando de manera adecuada. Y es que el agua es el componente mayoritario en el cuerpo humano y su importancia se vuelve esencial en numerosos procesos fisiológicos como son la digestión o la regulación de la temperatura corporal.
En verano resulta especialmente importante prestar más atención a la hidratación e incrementar la ingesta de líquidos para recuperar las pérdidas de agua del organismo y las sales minerales. Por ello, desde la Copa COVAP queremos facilitarte una serie de claves y hábitos saludables para contribuir a evitar posibles sofocos y mareos durante los días más calurosos:
- No esperes a tener sed para beber agua: a diferencia de otras bebidas, el consumo de agua suele reducirse a cuando nuestra boca alcanza niveles altos de sequedad. Por eso, conviene beber regularmente de 8 a 10 vasos a lo largo del día. Es más, si practicamos algún deporte, deberemos realizar esta ingesta de agua antes, durante y tras finalizar el ejercicio, para que siempre estemos hidratados.
- Consume fruta con alto contenido de agua: además de beber con regularidad, introducir en la dieta frutas con grandes valores de agua es una excelente forma de mantener nuestro cuerpo hidratado combinando sabores y texturas. En este grupo podemos incluir la sandía, el melón, las fresas y el pomelo, entre otras muchas.
- Disfruta de infusiones y batidos: al igual que ocurre con la fruta, las infusiones especiales de verano (aquellas que se consumen con agua fría) y los batidos naturales de fruta más lácteos nos aportarán la hidratación necesaria a base de deliciosas combinaciones.
- Deja a un lado el alcohol y las bebidas azucaradas: este tipo de productos favorecen la deshidratación y a incrementar la sensación de sed en el organismo, además de las calorías ‘vacías’ que aportan y los altos índices de azúcares, perjudiciales para la salud, entre otras desventajas. Intenta reducir su consumo a días muy puntuales y, en vez de ellos, optar por agua, agua con frutas incorporadas o batidos naturales.
- Evita salir en horas de calor: evita realizar actividades fuera de casa de 12:00 a 16:00 horas, aproximadamente, cuando se observan unas temperaturas más altas. Saliendo a estas horas se contribuye a una mayor exposición a los rayos ultravioletas nocivos del sol que, además de poder sufrir varios problemas con una protección inadecuada, propiciará una mayor deshidratación que puede derivar en golpes de calor o situaciones mucho más graves.
En definitiva, evitar la deshidratación durante los meses de verano es tarea fácil, siempre y cuando pongamos todos los sentidos en ello y que lo realicemos de forma correcta. Si presentas síntomas como boca seca, mareos o dolor de cabeza, te recomendamos beber agua en pequeños sorbos y acudir al médico para evitar problemas más serios.