El día 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, una jornada promovida de manera conjunta por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) con objeto de concienciar a la población sobre esta enfermedad que afecta a más de 14 millones de personas al año, según datos de la OMS. Esta efeméride es fundamental para inculcar su prevención y control, donde las autoridades médicas coinciden en que los hábitos de vida saludables son esenciales.
Vida activa seguida de una dieta equilibrada. Así lo indican los datos arrojados por el Código Europeo contra el Cáncer, en los que se afirma que los casos de esta enfermedad podrían reducirse un 18% a través de una alimentación sana. Por este motivo, desde la Copa COVAP facilitamos una lista de alimentos que contribuyen a reducir el riesgo de aparición de cáncer.
Alimentos que contribuyen a prevenir el cáncer
- Tomates. Gracias al licopeno, uno de sus compuestos activos, evita el crecimiento y la proliferación de células tumorales. Al mismo tiempo interviene en la comunicación intercelular y modular de los mecanismos inmunológicos.
- Brócoli y col. Su alto contenido de isotiocianatos elimina la proteína del gen p53 defectuoso que provoca el crecimiento anormal de las células. Además, refuerzan las defensas y eliminan los radicales libres.
- Aceite de oliva. Es uno de los alimentos indispensables dentro de la dieta mediterránea. Sus compuestos polifenólicos ayudan a combatir algunos tipos de cáncer como el de mama, de colon y de recto en sus fases más agresivas. Además, mejora la circulación y oxigenación de los tejidos. Sus propiedades facilitan la transformación de los alimentos e impiden la absorción de grasas y azúcares nocivos para el organismo.
- Frutos secos. Ayudan a prevenir enfermedades cancerígenas por su elevado contenido en ácidos grasos Omega 3, antioxidantes y fitosteroles. Por otro lado, presentan ingentes cantidades de vitaminas E y B, que protegen el corazón y reducen el colesterol.
- Fruta variada. Dentro de esta categoría destaca la manzana, una buena opción al disminuir significativamente el riesgo de padecer diversas manifestaciones del cáncer, como el de esófago, el ovárico, el colorectal o incluso el de próstata. Asimismo, los fitoquímicos de este fruto previenen el de pecho debido a sus componentes antioxidantes. Por otro lado, el consumo de frutas cítricas es fundamental, ya que proporcionan enormes cantidades de vitamina C que sirven para evitar infecciones. Las naranjas especialmente tienen flavonoides y refuerzan el organismo.
- Pescado azul. Especies como el salmón, la trucha o la sardina son ricas en vitamina D y en Omega 3, que reducen la inflamación del cuerpo. Los ácidos grasos poseen un efecto anticancerígeno, sobre todo en el cáncer de colon, mama, melanoma maligno y leucemia.
Dieta mediterránea, la mejor opción en la lucha contra el cáncer
Los médicos la recomiendan encarecidamente y, además, está avalada por diversos estudios gracias a su contribución en la prevención de esta enfermedad. Este tipo de alimentación, que incluye el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales, aporta los nutrientes necesarios para el organismo y favorece que este funcione de manera correcta.
En este sentido, las frutas frescas y verduras suponen un importante añadido de vitaminas, minerales y fibra que ayudan a prevenir, por ejemplo, el cáncer de colon. En cuanto a la carne roja, se recomienda un bajo consumo y priorizar las carnes magras, evitando como es lógico las procesadas. La dieta mediterránea, de hecho, apuesta por la carne blanca, como el pollo o el pavo, debido a que son productos bajos en grasa.
El alto contenido en fibra se encuentra en las legumbres, sumado al pescado y el marisco para incorporar los ácidos grasos poliinsaturados tan necesarios de cara a prevenir también las enfermedades cardiovasculares. Del mismo modo, es muy importante elaborar los platos con aceite de oliva, que proporciona grasas monoinsaturadas y vitamina E, un importante antioxidante.
Por último, no hay que olvidar la hidratación, ya que un organismo con suficiente cantidad de agua trabajará y funcionará en mejores condiciones. Y es que beber bastante agua ayuda a evitar diversos tipos de afecciones, entre ellas el cáncer.