La Copa COVAP, iniciativa deportiva y educativa de la Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (COVAP), lleva siete ediciones fomentando los hábitos de vida saludables y los valores en el deporte, un proyecto que, además, tiene como objeto concienciar a los participantes —niños y niñas andaluces de 10 y 11 años—, así como a sus familiares, de la importancia del juego limpio, el compañerismo y el trabajo en equipo.
Este cometido es muy importante en un evento de estas características, sobre todo cuando se dirige a cerca de 4.000 menores y a más de 8.000 espectadores entre familiares y amigos de los jóvenes deportistas que participan en este evento cada año. Es una cifra considerable, donde la sensibilización acerca de temas relacionados con el respeto al rival y al árbitro se hace patente en cada partido. No todo queda en el terreno de juego. Paralelamente a los encuentros, y en zonas habilitadas para ello, se llevan a cabo charlas y talleres dirigidos a niños y padres en los que se trata de inculcar varios de estos aspectos.
De la mano de una psicóloga, los niños aprenden a respetar a sus compañeros y contrincantes. Esta profesional se encarga de ayudarles a identificar el bullying y ciertos abusos para que sean capaces de denunciar situaciones de acoso. Durante estas breves charlas los más pequeños también aprenden a valorar a todas las personas y a los que tienen dificultades para llevar a cabo alguna actividad física. En definitiva, interiorizan una serie de cuestiones para crear un clima de cooperación que fortalezca los lazos entre los mismos miembros de un equipo y valoren el trabajo de los integrantes del conjunto que tienen enfrente.
La importancia del respeto, una responsabilidad también de padres y entrenadores
El comportamiento de los adultos es determinante en el ambiente en que los niños aprenden a practicar deporte. Las expectativas de los padres y su actitud ante las victorias y derrotas afectan en gran medida a los pequeños deportistas. En este sentido, son ellos los que deben fomentar la actividad física en sus hijos con el objetivo principal de incluir hábitos de vida saludables en la rutina. Por ello, el deporte debe perseguir la socialización, la salud, la diversión, y el fomento de los valores deportivos, como los que se pretenden inculcar en las charlas educativas de la Copa COVAP: respeto, juego limpio, trabajo en equipo, confianza y esfuerzo.
Tampoco hay que olvidar que los fines principales de la práctica deportiva son la diversión y llevar una vida activa. Los padres deben ser respetuosos tanto con el entrenador como con los árbitros, y no cuestionar sus decisiones. Solo así los niños se darán cuenta de que nunca hay que intervenir ni criticar los actos de otros, aprendiendo a aceptar las decisiones sin reproches.
Por otro lado, los entrenadores son las personas que más en contacto están con los pequeños en los entrenamientos y partidos. Son también responsables de impartir disciplina, normas y rutinas en los menores que tienen a su cargo. Potenciar sus capacidades, ofrecer un discurso en contra de la violencia e impulsar el compañerismo y el respeto en el terreno de juego son los temas más elementales que llevan en la agenda. De este modo, la Copa COVAP también ejerce un papel preponderante en la medida en que contribuye a reforzar estos pilares para el desarrollo físico y emocional de los pequeños deportistas.