En invierno, el frío suele ser un factor poco motivador a la hora de practicar ejercicio, ya que los músculos se encuentran más engarrotados y esto afecta a las articulaciones. Por ello, hay que tenerlo en cuenta a la hora de realizar una actividad física regular, pues previamente habrá que empezar por un intenso calentamiento para evitar lesiones, además de plantearse objetivos realistas que tengan en consideración nuestra condición física.
Desde la Copa COVAP te recomendamos que seas especialmente escrupuloso con las necesidades de agua, energía y nutrientes si desarrollas algún tipo de actividad en invierno, lo que implica cambiar nuestros hábitos alimentarios y adaptarnos a las circunstancias. El objetivo es encontrar un equilibrio entre la alimentación y el ejercicio que nos evite cualquier problema como consecuencia de la falta de adaptación o por las adversidades de un clima tan frío y húmedo como el que presenta esta estación.
Procura estar en activo durante todo el año
¡Que el frío no sea excusa para hacer deporte! Tienes una amplia oferta de actividades invernales (como running, esquí, ciclismo, etc.), pero si has estado inactivo durante muchos meses o llevando una vida sedentaria puedes encontrarte con serios problemas al volver a iniciar la práctica de ejercicio. El riesgo de lesión es elevado, por lo que es aconsejable dedicar algunos días a caminar o salir a correr progresivamente para adaptar tu cuerpo al esfuerzo y armarte de resistencia.
Comodidad e hidratación
Al igual que en verano es obligatorio beber agua durante y después del ejercicio, en invierno no va a ser menos. La hidratación es fundamental para mantener nuestro organismo en condiciones óptimas y sacar el máximo rendimiento de la actividad. Para ello, además, es conveniente utilizar ropa adecuada, pero que sea abrigadora y térmica. No olvides calentar de cinco a diez minutos antes de empezar a hacer deporte.
Espacios abiertos vs espacios cerrados
Salir a practicar ejercicio al aire libre por estas fechas garantiza que vamos a respirar un aire mucho más limpio, y todavía más si tienes la fortuna de tener cerca un emplazamiento natural. También en los espacios cerrados puedes optar por el ejercicio aeróbico, correr, caminar, nadar, y combinarlo con un programa de acondicionamiento físico general que te permita ejercitar la flexibilidad y otros órganos, como el corazón y los pulmones.
¡Cuidado con los resfriados y enfermedades!
El frío, si no vamos abrigados de manera correcta, puede causar estragos en nuestra salud. En esta época es fácil sufrir resfriados o la gripe, por lo que si estás enfermo, lo mejor es suspender el ejercicio cuando la temperatura esté muy baja y guardar reposo. De esta forma evitaremos problemas más severos como la bronquitis o la neumonía. Asimismo, si quieres prevenir las enfermedades respiratorias, no olvides tomar muchos líquidos e incrementar el consumo de vitamina C, huye de las actividades al aire libre y prueba a hacer ejercicio en recintos habilitados para ello que seguramente contarán con calefacción.
Otros consejos que no puedes pasar por alto
Mantenerse en forma no es solo cuestión de un día. Hay que seguir una rutina de ejercicios que nos permitan fortalecernos y ganar físico. Si eres capaz de estar activo durante el resto del año, evitarás lesiones. Combina la carrera con bicicleta o cualquier actividad que implique cierto nivel de capacidad aeróbica. Si prefieres algo más relajado, pasear siempre viene bien, pero hay que hacerlo a buen ritmo y varias veces a la semana.
La musculatura también es importante. Un buen entrenamiento muscular permite fortalecer piernas y brazos. Los deportes de equipo, por ejemplo, exigen un alto nivel de rendimiento, ya que implican aceleración y carrera, con lo que los cuádriceps y gemelos se someten a un sobresfuerzo en estos contextos, además de poder hacer frente a las demandas del ejercicio en la nieve.
Por último, debemos tener especial cuidado con las lesiones de rodilla en estas fechas, una de las más frecuentes cuando se juega en terrenos firmes y de cemento, como el caso del fútbol sala. Estas se producen en muchas ocasiones por falta de fuerza muscular, pero también de coordinación, agilidad o equilibrio. Si has llevado una vida sedentaria y de manera repentina practicas ejercicio, es normal que tu cuerpo no esté preparado para responder a estas demandas de la manera más correcta, ya que te faltará mucho entrenamiento.