Sabemos que la alimentación equilibrada y la realización de ejercicio físico son hábitos imprescindibles para llevar una vida saludable. Sin embargo, a veces olvidamos un aspecto tan importante como el sueño reparador, necesario para un correcto desarrollo en la etapa de crecimiento.
Tras dormir las 9 o 10 horas correspondientes, los niños se despiertan llenos de energía, despejados y con ganas de hacer cosas. El descanso nocturno ayuda a que rindan mejor tanto en el colegio como al hacer los deberes y realizar actividades extraescolares. Además, influye de forma positiva en el desarrollo físico y mental de los pequeños.
No dejes que la hora de irse a la cama se convierta en un problema cada noche, haz de ese momento una rutina relajada y placentera. ¿Cómo puedes conseguirlo? Empieza por fijar un horario para ir a dormir, precedido de una actividad relajante que realicen diariamente antes de acostarse, como leer un cuento o darse un baño. Así, quedará establecida una rutina que poco a poco ellos mismos se acostumbrarán a seguir.
Un aspecto a tener en cuenta durante el día para que duerman mejor llegada la noche es lapráctica de deporte, que les ayuda a alcanzar el final de la jornada cansados y tranquilos.
En los momentos previos al descanso evita las cenas pesadas y los alimentos con alto contenido en azúcar, ya que la alimentación también influye de forma notable en la calidad del sueño. Ocurre lo mismo con las actividades estimulantes, como ver la televisión o jugar con videojuegos, que pueden suponer un problema a la hora de conciliar el sueño.
Y al igual que se recomienda establecer un horario de irse a la cama, fijar el momento de levantarse también resulta positivo para adquirir buenos hábitos de descanso y conseguir que los pequeños se vayan a dormir a su hora sin protestar.