Una dieta equilibrada en la infancia es una de las claves indiscutibles para conseguir un buen crecimiento y un desarrollo óptimo tanto físico como intelectual, aunque no podemos olvidar que cada niño requiere una alimentación específica según sus especiales características.
Todos los niños deben seguir una dieta que cubra sus necesidades diarias de proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, algo que irá un paso más allá si los pequeños practican regularmente deporte.
Al igual que sucede con la alimentación en los adultos, la dieta de los niños deportistas debe ser variada y equilibrada, así como reponer todas las calorías que se pierden durante la realización del ejercicio. Además, se vuelve necesario cuidar específicamente el aporte de hierro y calcio que toman al día, ya que son los responsables de dotar de vitalidad al pequeño y de cuidar que sus huesos crezcan sanos y fuertes.
El ayuno nunca es una buena opción, y si nos referimos a niños con un extra de actividad física, mucho menos. Es importante inculcarles desde muy pequeños la importancia de realizar cinco comidas al día y no saltarnos ninguna. Comer poco varias veces al día regula los niveles de azúcar en sangre y nos asegura los aportes de energía necesarios para rendir al máximo en el deporte.
A diferencia de los mayores, con los niños podemos ser mucho más permisivos en el consumo de grasas, ya que son una de sus fuentes principales de energía y las gastan con mucha más facilidad que los adultos. Igual sucede con las proteínas, mejor toleradas por los organismos infantiles.
Una correcta hidratación es otra clave en el día a día de los niños que practican algún deporte, sobre todo si estamos en verano. La hidratación debe hacerse antes, durante y después del ejercicio para asegurarnos de que no haya ningún problema derivado de la pérdida de líquidos por la práctica deportiva. Un buen zumo de frutas o una bebida isotónica (dependiendo de la edad del pequeño) serán esenciales para reponer el sistema después de una gran carrera o de un partido con los amigos.
Por último, no es conveniente obsesionarse con lo que hay en el plato, y de vez en cuando es hasta aconsejable cumplir con los pequeños caprichos culinarios infantiles. ¡Se lo merecen!