En verano tenemos la suerte de contar con el mejor de los gimnasios y pistas deportivas que existen: la playa. La arena es una excelente superficie para que los más pequeños sigan disfrutando del deporte también en vacaciones y para que puedan socializarse con los demás y hacer nuevos amigos.
El mar nos permite realizar deportes náuticos exclusivos como el surf, la vela o la natación. Para los más pequeños es conveniente practicar estas actividades siempre bajo la vigilancia de algún adulto y en ningún caso cuando el mar esté muy revuelto.
Pero si no te quieres mojar, la playa (sobre todo las más anchas que disponen de una gran profundidad de línea de costa) permite crear campos improvisados donde jugar al fútbol, al voley o hasta al rugby en familia. En ese caso, basta con llevar el balón, echarle imaginación para crear las porterías o las redes de mitad de campo, y tener iniciativa para que al instante se sumen jugadores improvisados con ganas de pasar un buen rato. Además, si sois de los que siempre os colocáis en la misma zona, podéis celebrar pequeñas competiciones y torneos que duren varios días y que hagan más especial vuestro tiempo de playa.
Quienes buscan un deporte menos estricto siempre pueden recurrir al frisby o las palas, ya sea jugando en el clásico uno contra uno o por parejas. Es fácil, sencillo y tremendamente divertido. Sólo es esencial que los jugadores estén compensados en la medida de lo posible, ya que si uno golpea siempre demasiado fuerte, el otro terminará haciendo una sesión de running en lugar de echar un simpático rato de palas.
Precisamente, andar y correr por la orilla son dos de los ejercicios más saludables que podemos realizar si estamos en la playa, ya que mejoran la circulación sanguínea, la agilidad, la fuerza y la resistencia física, además de permitir disfrutar de un preciado rato de charla en familia mientras recibimos del sol una buena dosis de vitamina D. Si aceleramos el paso y hacemos una carrera ligera quemaremos también muchas más calorías que en una sesión normal de gimnasio.
¡Y se nos olvidaba lo mejor! Si el calor aprieta o el cansancio se hace fuerte, siempre podéis iros al agua y disfrutad de un buen chapuzón.