Michael Jordan nos enseñó hace ya algunos años que era posible llegar a volar por los aires. Luego vino Chicho Terremoto, que nos descubrió que no hay que medir dos metros para pasárselo bien en la cancha. Ahora son estrellas como Pau Gasol,Felipe Reyes o Juan Carlos Navarro las que nos recuerdan cada día lo saludable que es mantener al baloncesto formando parte de nuestras vidas.

Aunque el rey indiscutible en los patios del colegio siempre ha sido el fútbol, el baloncesto es uno de los deportes más completos que podemos practicar en la infancia. Según marca la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) en uno de sus estudios, a nivel físico el basket permite desarrollar la velocidad y la resistencia, así como mejorar la coordinación de movimientos y el equilibrio. También tiene grandes ventajas para el desarrollo del aparato locomotor; y fortalece los músculos y quema calorías, evitando la obesidad infantil.

Además, el baloncesto es un deporte que fomenta la concentración y la confianza en uno mismo, así como el trabajo en equipo y el compañerismo, la solidaridad y la generosidad entre los más pequeños.

Normalmente se aconseja iniciar en el baloncesto a los niños a partir de los cinco años, ya que es el momento en el que tienen sus capacidades motoras lo suficientemente desarrolladas como para desplazarse en un área con un objeto, en este caso un balón.

Su aprendizaje ha de ser gradual y debe estar basado en una secuencia de actividades que vayan de lo más simple a lo más complejo para que los pequeños vayan familiarizándose con el balón, la canasta, el espacio y el juego en equipo, además de con las reglas propias del deporte.

 

La práctica del baloncesto puede ser también una excelente excusa para fortalecer los lazos entre padres e hijos, ya que las familias enteras pueden disfrutar de una actividad en común y compartir su tiempo de ocio al aire libre de la forma más saludable posible.

 

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