El final del verano y el inicio del otoño traen consigo un cambio paulatino de las temperaturas. Las máximas son más suaves, las mínimas empiezan a ser más bajas y tenemos menos horas de sol. Esto puede originar cansancio, debilidad, somnolencia, bajo estado de ánimo, incluso una bajada de defensas. Este leve trastorno se conoce como astenia otoñal.
No es más que un síndrome de adaptación de nuestro organismo a los cambios estacionales, por lo que no debemos preocuparnos. Eso sí, podemos combatir sus síntomas con hábitos correctos de alimentación, manteniendo una dieta equilibrada que nos aporte vitaminas y minerales, realizando actividad física y durmiendo las horas suficientes para que el cuerpo recupere su energía al completo.
En esta época otoñal es frecuente sufrir cambios bruscos de temperatura que pueden desencadenar sudoración y, a su vez, originarnos un buen resfriado. Es muy aconsejable usar ropa transpirable y vestir ‘por capas’ para adaptar nuestro vestuario a la temperatura. Además, tomar zumos de fruta naturales nos ayudará a evitar los incómodos constipados.
Empezar el otoño con buen pie depende de ti. Alimentación sana y equilibrada, hacer 5 comidas al día, practicar deporte y descansar: Las claves para que el otoño sea un poco mejor para todos.
¡Disfrútalo!