Septiembre trae consigo una serie de obligaciones para los escolares que se convierten en su particular rutina de trabajo.
En el cole muestran preferencia por determinadas asignaturas y dificultades al enfrentarse a otras. Eso sí, todas les ayudan a formar su intelecto y a prepararse para su futuro.
Al igual que las Matemáticas o la Lengua, y lejos de los tópicos de considerarla una “María”, la Educación Física es una materia imprescindible en la formación de los jóvenes. La antigua clase de Gimnasia ha evolucionado. No se trata sólo de hacer ejercicio, a pesar de que la asignatura se centra en el cuerpo y la motricidad humana, sino que contribuye al desarrollo personal de los alumnos y a su mejor calidad de vida.
En las horas semanales destinadas a esta materia, los estudiantes conocen actividades y deportes diferentes y divertidos que potencian sus inquietudes, aprenden la importancia del calentamiento y adquieren hábitos de vida saludable.
Además del fomento de la actividad física que ayudará a los niños a crecer sanos y a prevenir su obesidad, la Educación Física es una ayuda valiosa en la mejora de la autoestima y supondrá un impulso a valores como el respeto, la cooperación, la aceptación y la deportividad.
Por ello, destacamos la importancia de que los padres hagan hincapié en valorar la Educación Física como una apuesta por la salud de sus pequeños. Con ello conseguiremos que los niños crezcan sanos y que potencien su capacidad de interrelación con los demás.